Dos que se van

Ya se sabe. Los consumos y la forma de gestionarlos, van cambiando con el tiempo y todo el tiempo. Hoy en día, el streaming ha cambiado mucho la forma de ver y escuchar contenido audiovisual con muchas cosas a favor y en contra. La amplitud de plataformas ha llevado incluso a que sean cada vez más los cord cutters que se despenden del cable tal y como lo conocemos. Asimismo, la merma de audiencia ha llevado a que los canales se modifiquen en cuanto a su propuesta (¿se acuerdan cuando Infinito era casi todo paranormal o The History Channel era, efectivamente, sobre historia?), se fundan o, directamente, desaparezcan.

Ayer 29 de febrero, dos canales de histórica presencia en la grilla del cable argentino han emitido por última vez. Se trata de I-Sat y de MuchMusic Argentina. Y con ellos se va una época de TV más extraña, bizarra y underground.

I-Sat era reconocido por emitir muchas películas y series que era poco común de encontrar en otros canales. Desde el erotismo de Emmanuelle hasta mucho cine independiente, como Me and You and Everyone you Know y series británicas. Incluso en sus últimos años llevaban como estandarte el transmitir mucho contenido en su idioma original, con subtítulos y sin doblaje. Mi mayor recuerdo era el ciclo Cine Z, fuente inagotable de cine bizarro. Las películas eran presentadas por dos cuervos, uno de ellos llevaba la voz de Horacio Fontova. Gore, desnudos, malas actuaciones o bizarradas como «Zombie Lake«, que tenía todo eso y más, formaban parte del menú del ciclo. Hoy en día, una página de Tumblr destaca los posters de pelis y series que pasaron por allí.

MuchMusic era la versión argenta de la cadena canadiense, competencia de MTV. Mucho videoclip, y programas muy locos. «Cupido» era una especie de Roberto Galán para la juventud, donde los candidatos hablaban durante un buen rato sin mirarse y después decidían si querían conocerse o no. «Mercano el Marciano» era una serie de cortos animados sobre un alien que caía en Argentina. Después hubo una película que hacía un retcon de su historia. Sumale la presencia de gente hoy conocida como Santiago del Moro, o el ciclo «Rock al Frente», dedicado al rock argentino y que siempre intentaba no perdérmelo, conducido por Carla Ritrovato. Además, tanto en su primer estudio en la Avenida Córdoba como luego en San Telmo solían llevar bandas a tocar. Me acuerdo de un show de El Otro Yo en la época del disco Mundo, donde el día que lo grabaron había pasado caminando a un par de cuadras y me enteré recién al día siguiente. Otra jornada épica fue un homenaje a Calamaro con presencia del susodicho, donde Palo Pandolfo, Claudia Puyó, Fabiana Cantilo y Bersuit cantaban los temas del Salmón. ¡Había un pedo generalizado esa noche! Si fui al festival Aguante a la Libertad de Expresión, realizado poco después del crimen de Cabezas. Allí hablaron los Fun People y tocaron Los Bastardos Kiwis (una banda que tocaba una canción llamada «Cavallo salvaje»), Bersuit Vergarabat, Massacre y cerró A.N.I.M.A.L. Todo esto en un escenario montado fuera del canal, sobre la avenida.

¡Salud a todos los que vivimos esos tiempos!

Coincidencias musicales

Me gusta cuando en un recital o festival, ocurre alguna cosa externa al mismo, pero que encaja perfectamente con lo que está pasando en el escenario. No hablamos aquí de ritos o rituales enarbolados por el público, sino que son coincidencias no planificadas que parecieran a propósito. Ejemplos (los dos útimos fueron atestiguados por un servidor):

La cancha de River queda, como muchos probablemente sepan, muy cerca del aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires. Por lo que es común ver aviones pasar en su camino de ascenso o descenso hacia el mismo. En la reciente tanda de recitales ofrecidos por Taylor Swift en dicho estadio, en una de las ocasiones la artista estaba entonando una canción llamada «Labyrinth», la cual en una parte dice «I thought the plane was going down» («pensé que el avión estaba descendiendo»). Justo, justito en esa parte, la gente pudo apreciar un avión descendiendo en dirección al aeropuerto.

En 2010 Rage Against the Machine se presentó en Buenos Aires en el marco de un festival. Ese día. el cielo estaba amenazante, anunciando una tormenta que, para beneficio del público y organización del festival, se venía posponiendo. Recién hacia el final del set del politizado grupo empezaron a caer algunas gotas, que no amedrentaron el agite. El tema de cierre fue «Killing in the name», clásico de la banda de su primer disco. La canción es bastante mid-tempo para una banda que gusta del hard, y recién al final acelera un poquito mientras Zach de la Rocha grita «Fuck you, I won’t do what you tell me!» («Andate a la mierda, no haré lo que me digas», o algo así). Bueno, también aquí otra coincidencia. Ya que, finalmente se largó con todo la consabida tormenta a full, justo en el punto en que comienza dicha parte más fuerte.

Hablando de tormentas, cuando Roger Waters se presentó en el estadio de Velez Sarsfield en 2002, también la lluvia amenazaba. Por suerte, apenas fueron unas pocas gotas, mayormente en el entretiempo. Sin embargo, parece que la lluvia era bastante fuerte por la zona oeste del Gran Buenos Aires, detrás del escenario. Y, en medio de un cambio de clima de una canción -creo que era «Shine on You Crazy Diamond»-, justo cuando entra la banda a tocar después de una parte tranquila, se observan un montón de relámpagos y rayos que, para aquellos que estaban en el «campo», se veian precisamente detrás del escenario.

Y pasamos ahora al ejemplo inverso. En el marco de la segunda fecha del Quilmes Rock 2012, se largó una impresionante tormenta justo antes de que Arctic Monkeys salga a tocar, por lo que muchos que estábamos en la «popular» nos fuimos a refugiar bajo las gradas, preocupados de que la tormenta no nos permita disfrutar de Foo Fighters. Sin embargo, ya la lluvia estaba amainando para ese entonces y, cuando salieron, básicamente dejó de llover enseguida. En un Twitt yo los comparé con Storm Ororo.

En 2003 Cienfuegos se presentaba en Cemento, en un mini festival en el que antes habían tocado Los Natas. La suerte quiso que a mitad del recital cienfueguino ocurriese un corte de luz, no solo en el mítico boliche, sino que abarcó gran parte de la zona de Constitución. La banda de Vicente López estaba tocando «Soñar soñar (última tentación)» y el corte vino precisamente en el momento que pasa del estribillo al segundo verso. Lo que pasó inmediatamente después fue épico, con solamente la batería sonando y el público que siguió (seguimos) cantando el tema hasta el final.

Veremos qué otras coincidencias musicales nos depara el futuro…

Música en vivo 2023

Este año vino un poco más tranquilo con respecto a la música en vivo, pero eso no implica a ausencia de la misma ni tampoco un gap tan enorme como entre comienzos de 2020 y mediados de 2021 por razones de conocimiento mundial. Aquí un breve repaso.

Aurelio Voltaire.  The Coffin Club, Portland.

Ya pronto le dedicaré un post más extenso a este músico de New York. Aquí se presentó, al igual que las veces anteriores que lo vimos, él sólo con su guitarra. En un recital de aproximadamente hora y media, recorrió su larga discografía incluyendo temas de su hasta entonces último disco, The Black Labyrinth, un homenaje a David Bowie y a la famosa película de la década de 1980. El final fue como siempre, con » When you’re evil» acompañado en el escenario por mucha gente del público.

Gwen Stefani, Allegiant Stadium, Las Vegas.

La ex cantante de No Doubt se presentó en un show conjunto con su marido, Blake Shelton. La blonda cantante tocó muy poquito de sus discos solistas, centrando la mayor parte de su setlist en temas de su vieja banda (not that there’s anything wrong with that). No nos quedamos a ver el show de Mr. Shelton.

Bryan Adams/ Joan Jett & The Blackhearts. Portland Memorial Coliseum, Portland.

Double Feature! (sin Science Fiction). Primero tocó Joan Jett dando una buena y necesaria dosis de hard rock y punk, abarcando su carrera desde The Runaways hasta tiempos más cercanos. Bryan Adams hizo lo mismo en casi dos horas, volviendo a demostrar que es mucho más que el baladista que nos hacen creer. Lo suyo es más para el lado del rock, pegadizo, movedizo y disfrutable.

Richard Cheese. Crystal Ballroom, Portland.

Una cuenta pendiente finalmente saldada ver a Richard Cheese, el alias con el cual Mark Jonathan Davis se presenta musicalmente junto a sus músicos, Lounge Against the Machine. Creo que nunca me reí tanto en un recital. Desde cantar solamente «spanish spanish spanish» durante lis versos de «Despacito» a su interacción con la audiencia en «Chop Suey» de System of a Down, con la gente gritando el «You wanted to!!!!» a más no poder.

Deap Vally. Star Theater, Portland.

El dúo de Los Angeles está en medio de su gira despedida a la vez que también celebra los 10 años de su disco debut. Repasaron sus tres discos, incluyendo el primero completo y… hubo pogo! Algo no tan común en estos lares. L.A. Witches tocó antes, también para recomendar.

El tiempo no para

Cosas que han sucedido en 9 años:

Cambio involuntario de oficina a la Dirección de Salud

Capacitar a otras personas en el uso de un software en la nube de administración de reclamos.

Mudanza internacional de Beccar a Austin, Texas.

Alquilar un departamento con MILES de problemas de mantenimiento.

Mudanza a otro departamento.

Priner trabajo en USA, vendiendo computadoras y accesorios.

Trabajar haciendo Rideshare

Ver a Ginobili en vivo y en directo

Mudanza a Portland, Oregon.

Ver bandas que jamás pensé que vería en vivo. Y conocer otras tantas.

Pandemia

Conseguir trabajo en oficina en medio de dicha pandemia.

Casa propia.

Ver los bolonquis en Argentina entre los K, los macristas y/o el forro de Milei al estilo del meme de Michael Jackson comiendo pochoclo.

Aguantar al forro de Trump y ver cómo los fachas, los racistas y los neo nazis salen desde debajo de la tierra.

Obtener ciudadanía!

Y más, y más!

El cuarteto de ellos

Viernes 31 de enero, día de mucho calor bajo el sol y a la sombra también. En dicho marco, la banda uruguaya El Cuarteto de Nos se presentaba en Groove, reducto de Palermo allí donde hace varios años estaba una bailanta (por suerte el dueño nunca afirmó «Le ganamos un lugar a la cumbia», lo que daría lugar a un incómodo deja vu).

Luego de una espera un poco larga, arrancaron a las 21 con «El hijo de Hernández» y el público estaba alucinadísimo, cantando tan alto que hasta por momentos se escuchaba más alto que las voces de los músicos.

El recital, de hora y media clavada, se centró básicamente en los últimos tres discos, «Raro», «Bipolar» y «Porfiado», los cuales conforman, según la banda, una trilogía. Así fueron pasando diferentes temas y climas, como «Ya no sé qué hacer conmigo»«Así soy yo»«Cuando sea grande» y «Bipolar». Hubo incluso un momento cuasi tranquilo, donde el agite se calmó un poco (ojo, un poco dije), con los temas «Todos pasan por mi rancho»«Mi lista negra».

Cerca del cierre, «Miguel gritar» y, a continuación, «Verano del 92″ cerraron la parte «oficial» de  la lista.
Dos minutos y vuelta a salir a los bises, con «Buen día, Benito» y el hit «Yendo a la casa de Damián», el que los llevó a la masividad luego de dos décadas de carrera.

Luego, salida de la banda, y el público que pide una más. Y el cierre fue con esa canción de amor a uno mismo que es «Me amo» y la promesa de que para mayo, se viene un show en el Teatro Gran Rex.

 

He aquí para todos, la lista de temas:

 

Llegó el Cafe Tacuba

Porque Rubén Albarrán se la pasa sonriendo cuando escuchan los cantitos del público presente. Porque cuando dicen alguna frase que puede pecar de demagogia, en ellos te la creés un poquito más. Porque es fácilmente deducible que aún con 25 años de carrera, ellos la pasan muy bien arriba del escenario. Porque los he visto en lugares y situaciones diferentes (teatros, festivales, estadios, recintos recitaleros) y en cada uno de ellos parecieran ser la banda idónea para el sitio. O, porque sencillamente, hacía mucho tiempo que no veía a esta banda, una de las mejores del rock latino, tocando en vivo.

Sí, señores. Cafe Tacuba se presentó el 29 de octubre en La Trastienda, tocando durante dos horas y cuarto para 800 personas que no pararon de cantar, saltar y aplaudir durante los aproximadamente 30 temas  que tocaron.

Luego de arrancar con Pájaros El baile y el salón (un tema nuevo y un clásico), le metieron enseguida dos hitazos, así de entrada, como Cómo te extraño (gran versión de un tema de Leo Dan) e Ingrata.

Así, se dan el lujo durante el concierto de hacer de todo. Tocar parte de El objeto antes llamado disco, que era justamente el material que estaban presentando, recorrer su vasta discografía, y hasta tocar el riff de Walk on the wild side, homenajeando a Lou Reed.

Y así, van tocando un tema tras otro, enganchándolos incluso como con Seguir siendoTengo todo (enganchadas al igual que en el disco Sino) y La 2, instrumental que fue coreado por todos los presentes.

Mientras se acerca el cierre, viene la infaltable coreo de Déjate caer, el slang del DF en Chilanga banda y para coronar, Volcán, del último disco.

Salen a arrancar los bises, aun resta bastante. Casi que más que bises es como una segunda parte del show. Luego de EresAprovéchate (dos temas con el tecladista Meme al frente) llega Esa noche  y luego de ese manto de tranquilidad, el pogo se enciende con El fin de la infancia.

Suben chicas del público a bailar en La chica banda, viene María (o va), viajamos en El metro, nos tomamos algo en el Bar Tacuba y, para el cierre, una puñalada con El puñal y el corazón.

La verdad, se los extrañaba.

 

Live is life

Si bien mientras uno se va poniendo viejo más grande disminuye la cantidad de recitales a los que suele ir, dejando un poco de lado esa faceta de «recitalero compulsivo» que alguna vez supo acuñar, me dí alguno que otro gustillo el año pasado.

Ya en febrero fuimos con Mi Esposa a ver a Within Temptation, la banda de metal gótico que se presentó en un colmadísimo El Teatro de Flores. Temas nuevos y viejos, en un show que valió la pena, con una más que interesante puesta en escena con pantallas que pasaban imágenes en todos los temas del show.
De muestra, el tema «Faster», uno de los más rockeritos del show…

En marzo, tocó Roger Waters en Argentina. Gran show que acá se ha cubierto minuciosamente. Aviones que caen, paredes que se derrumban, sonido viniendo desde todas partes, etc…

El FestiPez también fue cubierto aquí, donde vimos al ahora reformulado power trío liderado por Ariel Minimal en uno de sus últimos shows con Pepo Limares en los teclados, junto a Fútbol y otras bandas.

Otro momento recitalero para el recuerdo fue el festival que contó con la presencia de Foo Fighters en River. En ese festival habían pasado varias bandas como Utopians, No Lo Soporto, Joan Jett y TV On The Radio. Estaba tocando Artic Monkeys cuando se largó un tormentón que hizo que muchos que estábamos en la popular buscáramos refugio en los pasillos del Monumental. Más tarde, cuando la banda de Dave Grohl estaba por salir, empezó a bajar la tormenta (la misma que hizo enormes daños en el conurbano). A los 10 minutos, paró la lluvia. «Dave Grohl es más groso que Storm, de los X-Men», tweteé en aquella ocasión.
Y el show fue glorioso, con una lista de temas larguísima en la que no faltó casi nada, Grohl tocando la bata, el cover de In the flesh? de Pink Floyd, mosh pits a full en el campo y mucho más.

Y finalmente, en octubre tuvimos a Garbage, otra banda que estaba esperando desde hacía 17 añitos, tocando en un festival. Un show que originalmente iba a ser de una hora, terminó durando 45 minutos más de lo esperado con temas nuevos y los clásicos de siempre, más ese cierre mágico con «You look so fine». Antes, Utopians, Macabees, Richard Coleman, Gossip y Best Coast.

Rendezvous en el estadio al final de la calle

¿Y qué te parece si te cuento que el sábado pasado fuimos con Mi Esposa a ver a Sir Elton John, que se presentó en la cancha de Vélez?

¿Y que tuvimos la suerte de estar bien adelante del campo «popular», a metros del vallado que separaba dicho sector del Campo VIP?

Y eso no es nada, el señor salió con un traje de lentejuelas y unos anteojos oscuros de lentes azulados que prácticamente no se los quitó en toda la noche.

Como si fuera poco, lo acompañó un grupo de sesionistas que la tenía más que clara, incluyendo el batero de sus primeros tiempos y un guitarrista de largos cabellos canosos que tocaba las seis cuerdas con gran ductilidad. Sin olvidarnos de las cuatro coristas de amplias voces, que incluye una ex integrante de Sly And The Family Stone.

Y que, aprovechando que es una gira que apunta a ser un show de Grandes Éxitos, el recital abarco, por lo tanto, temas de todas sus épocas. Desde su más reciente producción discográfica, hasta temas bien setentosos, como «Bennie and the jets».

Además, estuvieron «Candle in the wind» (versión Marilyn Monroe), «Yellow brick road», «I guess that’s why they call it the blues» y otros tantos temas, durante las dos horas que duró el concierto. Sin olvidarnos de «Don’t let the sun go down on me», clásico que hace unos años volvieron a grabar a dúo con George Michael.

Lindo recital, con tranquila onda y buenas canciones.

Garbage en el Pepsi Music

Es lindo poder ver en vivo a una de las bandas favoritas de uno. Especialmente cuando uno las está esperando desde hace 17 años.
Y más aún cuando se dan todas las casualidades para que el cierre sea magnífico, como la cancelación del show de Kasabian.

El recital empezó con el escenario semi a oscuras, mientras unos sonidos electrónicos distosionados inundaban el ambiente. Se trataba del tema que aparece antes de cada show de su gira, «Time will destroy everything», canción que quedó fuera del disco. Mientras, sobre el cierre, los músicos iban saliendo: Butch Vig en batería, Duke Erikson y Steve Marker en guitarras y teclados, el bajista invitado Eric Avery (ex Jane’s Addiction) y Shirley Manson en la voz.

Luego de la intro arremetieron con el primer tema, «Supervixen«, el mismo que abría su disco debut. Como queriendo hacer un recorrido cronológico, le sucedieron, respectivamente, un tema del segundo disco, uno del tercero y uno del cuarto: «I think I’m paranoid«, «Shut your mouth» y «Why do you love me«.

En un momento del recital agradeció al público y dijo, al escuchar el clásico «Olé olé olé, Garbage-Garbage» que eso era lo que estaba esperando al llegar allí. Acto seguido, contó una anécdota de su escuela relacionada con la música, y cantó una parte de «Don’t cry for me Argentina«.

«Stupid girl» sonó en una versión con guitarras muy distorsionadas y una base muy electrónica. Mientras, el público cantaba coreando el pegadizo riff de la canción.

Hubo una dedicatoria para Barbie, de Utopians, a quien Shirley Manson describió como una mujer con «cerebro e integridad». A ella le dedicaron «The one«.

Tampoco faltó espacio para el relax, como en temas tales como «The trick is to keep breathing» y «#1 crush«. Y así iban pasando por diferentes climas, algo muy común en la banda. De la base electrónica de «Hammering in my head» pasaban a las guitarras filosas de «Vow» o el pop de «Cherry lips (Go baby go)«.
Obviamente, estuvo la presentación de rigor de la banda, donde, luego de Shirley, Butch Vig fue el más aplaudido. Y es que el baterista fue productor de varios discos importantes durante la década del ’90, como «Nevermind» de Nirvana o «Siamese dreams» de Smashing Pumpkins; o más recientemente, el último de Foo Fighters.
«Only happy when it rains» fue el cierre de la parte central del show.

Obviamente, faltaban un par de bises. Primero fue el turno del tema que abre «Not your kind of people«, el disco que los devolvió a las bateas luego de siete años de silencio: «Automatic sytematic habit«.
Y el cierre no podría haber sido mejor… en lugar de recurrir al clásico hit de siempre, eligieron un tema no es hit, aunque es bastante conocido. La balada «You look so fine» fue el tema elegido, dándole un aura mágico al recital. No podrían haber cerrado mejor…

Pepsi Music 2012 – Parte 1

Y finalmente llegó, el día que esperaba desde hace 17 años. Luego de una extensa carrera, varias giras y cinco discos, Garbage se presentó en Argentina. El marco elegido fue la primera fecha del Pepsi Music 2012, el 18 de octubre de 2012.
Además, hubo para todos los seguidores mucha expectativa en las horas anteriores, al difundirse el hecho de que Kasabian no tocaría en Chile por enfermedad de uno de sus músicos. 24 horas antes del show se supo que también cancelaban Argentina, estando todos en vilo por si Garbage prolongaba su show.

El relato irá en dos partes: en segundo lugar irá Garbage, y anteriormente… todo lo demás.

La previa al concierto incluyó una corrida para estar cerca, unas tres horas de cola afuera del lugar, y una GRAN corrida ingresando al predio (¡estuve entre los primeros!) para finalmente estar contra el vallado, bien cerquita del escenario.

La velada comenzó con una banda desconocida para mí, Rayos Láser, que sin conmoverme, no me desagradó tampoco. Digamos que quedó bien como música de acompañamiento de espera…

Enseguida, salió en el escenario secundario Los Daniels, una banda mexicana, con un rock más duro con toques de funk. El problema con dicho escenario es que con un par de bandas, al estar yo pegado al escenario 1, se me mezclaba el sonido de los ajustes de sonido de éste con lo que sonaba en el 2.

Al toque, salió Utopians en el escenario principal. La banda, liderada por la carismática Barby, arrancó con «No vuelvan«, corte de difusión de su último disco, en el cual basaron fuertemente su setlist. Hubo algún viaje al pasado de todas formas, como con el clásico «Allá voy«.

Barbi, de Utopians.

El show culminó con una versión muy interesante de «Estallando desde el océano«, de Sumo, con Barby y el violero saltando en la parte frontal del escenario. Al cierre, Barby confirmó lo que muchos deseábamos: que Garbage no sólo cerraba el show sino que, debido a la ausencia de Kasabian, ofrecerían un show de casi dos horas.

El cierre del show de Utopians.

La siguiente en actuar en el escenario 2 fue Déborah de Corral. La ex modelo y primera conductora de «El Rayo» ofreció un corto set list basado en sus nuevas canciones, ofreciendo un agradable concierto.

De vuelta en el Escenario 1, salió Richard Coleman. Ex líder de bandas como Fricción y Los 7 Delfines, el concierto recorrió parte del material de su nueva etapa solista, rodeado de una banda de sesionistas muy ajustada. De camisa leñadora y sombrero vaquero, brindó un excelente show. Para el cierre, cuando el sol ya caía, subió Walas (cantante de Massacre) y juntos hicieron «Héroes«, el tema de Bowie que ya desde hace 25 años quedó como uno de los mejores covers en español que se han hecho de un tema anglosajón.

Richard Coleman, vaquero dark.

Lo bueno de estos festivales, es que siempre hay oportunidades para conocer bandas que resultan ser toda una revelación. En esta ocasión, así sucedió con The Macabees. La banda inglesa se presentó en el escenario 2 y, con un sonido que recuerda por momentos a Coldplay y otros a Arcade Fire, dieron un concierto más que interesante y dejé nota de prestarles un poco de atención.

Vuelta al escenario 1, donde salió Best Coast. La banda californiana, cultora de un rock de garage con lo fi y la voz suave de Bethany Cosentino, ofreció un show que recorrió sus dos discos de estudio, con temas como «Let’s go home», «Crazy» y «Boyfriend».

Bethany Cosentino.

Finalmente, en el segundo escenario salió Gossip. Liderados por la gran (en varios aspectos) Beth Ditto, se ganaron la simpatía de todos con una lista de buenas canciones y la enorme simpatía de su cantante, quien descalza se caminaba todo el escenario. Entre tema y tema, exageraba la demagogia, bromeaba, sonreía, colgaba una bandera con los colores LGTB y hacía chistes, como decir que iban a tocar solamente covers de Kasabian. Al cierre del show, Ditto se acercó al vallado, caminando por la pasarela y comenzó a repartir besos y abrazos a varios de los fans.

Y así, sólo faltaba el plato fuerte de la noche…